domingo, 13 de junio de 2010


Avanzar, hacer la pausa y atacar: reflexiones del mundial I
Reflexiones de liderazgo personal desde los conceptos futbolísticos


Entreveo los primeros partidos del mundial de fútbol, pendiente de los comentarios de los expertos para copiar algún argumento interesante que pueda usar en las conversaciones con mi hijo, quien debate en este campo con experticia y profundidad.
Así que además de disfrutar los partidos, aprender de mi hijo y los analistas, y esperar ver buenos partidos, escucho conceptos del fútbol que los relaciono “de una” con liderazgo personal.
Las primeras reflexiones son sobre avanzar y atacar.
Hablaban del equipo mexicano, que llegaba una y otra vez al área de Suráfrica, con pocas opciones de gol. Aunque México mantenía el balón y tocaba una y otra vez, no pasaban la férrea defensa; no había claridad ni creatividad en las jugadas; movían la cancha de un lado al otro, intentaban por donde fuese, recuperaban los rechazos, y debían defenderse de los ataques de Suráfrica. Eso era avanzar.
Los comentaristas aducían que los mexicanos adolecían de un estratega, quien les diera pausa al juego, que orientara al equipo, que planteara jugadas claves, que leyera los movimientos del oponente; hacer eso era pausar o hacer la pausa.
¿Por qué no atacaba México? No mostraba claridad en sus jugadas, que se notaban improvisadas; cuando tomaban la bola, mandaban pelotazos al frente, más con afán que con planeación; buscaban llegar a como diera lugar, sin pensar en el contrario; eso era “no atacar”.
Para el segundo tiempo, un poco tarde, decían, ya hacía pausa y atacaban. Por si acaso, el partido quedó empatado a un gol.
¿Así que para atacar hay que pausar?
¿Cómo vinculamos eso con el liderazgo personal?
Revisemos un concepto del liderazgo: ejercer liderazgo, o liderar, es pensar y actuar sobre el futuro, a partir de vivir y aprovechar el presente; es cambiar nuestros modelos mentales y paradigmas; es orientar nuestros esfuerzos a mejores escenarios; es proponer nuevos caminos, nuevas formas de hacer las cosas.
Una diferencia del líder-jefe de otros, es que este se orienta a escenarios o condiciones mejores y claras, más que a metas únicas; es decir, el líder-jefe propone lograr mejores condiciones colectivas para el grupo, por ejemplo calidad de vida y convivencia, más que solo cumplir con objetivos planeados que terminan siendo solo estadísticas y beneficios para unos pocos.
El liderazgo personal es hacerlo anterior conmigo mismo.
Cuando me concentro solo en aumentar los ingresos del mes, reflejados en la cuenta bancaria, tengo un “liderazgo direccional”, pues me intereso por la “meta-recursos”, con lo que puedo dejar abandonado aspectos importantes como, por ejemplo, mi calidad de vida, mis interrelaciones personales y familiares, principios éticos. Cuando me intereso en mejorar “mi escenario personal”, entonces le apuesto a mejorar las condiciones vitales, como mayor organización en el trabajo, más planeación, mejor servicio a mis clientes, mejor relaciones con mis proveedores, lo que redundará en mejores ingresos.
Avanzas solo cuando haces lo primero, trabajar y trabajar como cajero automático: malgastas tus energías, desmejoras tus condiciones, desaprovechas tus talentos, no aprendes para mejorar, entre otras consecuencias.
Debes aprender a hacer la pausa: reflexionar sobre tus propósitos, tus objetivos y tus metas; tus formas de trabajas; tus conocimientos; tu información sobre tu actividad; tus redes sociales y laborales; tus resultados; las experiencias de otros; las recomendaciones y consejos que te brindan.
Atacas cuando tienes claro que lo más importante eres tú mismo, tú como ser humano; tus principios, tus motivaciones, tus propósitos, y hacia ellos orientas tus esfuerzos; sabes que mejoras cuando aprendes cada día, cuando cultivas hoy para cosechar mañana; que la disciplina, la perseverancia y la persistencia son importantes; que la reflexión y la autoevaluación son oportunidades de desarrollo; que evolucionas cuando los tuyos promueves también que los tuyos lo hagan, entre otros.
El liderazgo personal es el liderazgo de “mí mismo”. “Mi mismo” puede ser la excusa perfecta para evadir la responsabilidad o las acciones requeridas; “mi mismo” puede ser al argumento perfecto para verme como víctima; recuerdo ahora una escena de la película La era del hielo II, cuando Sid ayudaba a Diego, el león, a superar su temor al agua: ataca a tu presa, era la analogía o figura que usó; no seas tú la presa, Diego, sé el cazador, ataca a tu presa.
Así debes hacer tú: ataca a tu presa, ataca tu “mi mismo” que detiene y limita tu propio desarrollo y transformación.
Haz la pausa y ataca: el gol son tus metas cumplidas; el partido ganado serán los logros obtenidos; ser mejor cada día, será la razón más valiosa para seguir jugando.

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