jueves, 29 de julio de 2010

empresas familiares E&N julio 2010.wmv

empresas familiares, sucesiones, protocolo, comunicación directiva, recomendaciones del experto español JM Zugaza, en Empresa & Negocios, Zoom Canal TV Colombia y en el blog especializado en liderazgo y organizaciones

miércoles, 28 de julio de 2010

comunicacion en empresas familiares E&N julio 2010.wmv

la comunicación, factor número 1 para el éxito de la junta y las empresas familiares, según investigación entre 6000 empresarios europeos y de EUA,recomendación del consultor español JM Zugaza, en Empresa & Negocios, Zoom Canal Tv Colombia, y en el blog sobre empresas y liderazgo

sábado, 24 de julio de 2010

LIDERAZGO JUVENIL julio2010.wmv

Liderazgo juvenil, de los 15 a los 25 años: las tres campos en que debes concentrarte hoy para tu vida.

miércoles, 21 de julio de 2010

EMPRENDEDORA EXITOSA E&N julio 2010.wmv

Una emprendedora con proyecto de negocios ganador de un premio internacional, lista para exportar, un caso para motivar tu emprendimiento. En el programa de tv empresarial Empresa & Negocios, Canal 23 + + ZoomCanal Colombia
 

sábado, 17 de julio de 2010

liderazgo, dos orientaciones hennessey julio 2010.wmv

Liderazgo, dos orientaciones: a las personas y su transformación, y a las metas y los resultados. La combinación nos permite un liderazgo integral en las organizaciones y las comunidades.

jueves, 15 de julio de 2010

franquicia los pasos para crearla Empresa & Negocios julio 2010.wmv

Franquicias, los pasos para crear una franquicia como oportunidad de negocios. En el programa tv Empresa & Negocios, Barranquilla, Col, y en JEFES & EQUIPOS.

franquicia perfil del franquiciado Empresa & Negocios julio 2010.wmv

Franquicias, perfil para ser un buen franquiciado, quien compra la franquicia como oportunidad de negocios. En el programa tv Empresa & Negocios, Barranquilla, Col, y en JEFES & EQUIPOS.

lunes, 12 de julio de 2010

dar gracias y agradecer hennessey.wmv

Agradecer mejora las interrelaciones y fortalece los vínculos. La diferencia entre un simple "dargracias" y "agradecer", y aprender a recibir los agradecimientos. Consejos prácticos para el liderazgo personal.

jueves, 8 de julio de 2010

¿Motivación o competencia? ¿Qué importa más?


¿Motivación o competencia? ¿Qué importa más?
Una reflexión no-teórica

Con la publicación del video sobre “cómo determinar la madurez del equipo o la persona para definir el estilo de dirección”, me preguntaron sobre las dos dimensiones, competencia y motivación: 1. Que era más importante, si la motivación o la competencia; 2. Si estoy motivado, eso me lleva a la competencia.
Di una respuesta concreta y concisa, pues siempre respondor y pronto a las consultas, más surgió este artículo para desarrollar las ideas.
Parto del verbo que acompaña el adjetivo o participio, estar motivado y ser competente, usando las definiciones de la Real Academia de la Lengua Española:
- estar: existir, hallarse en este o aquel lugar, situación, condición o modo actual de ser; permanecer o hallarse con cierta estabilidad en un lugar, situación, condición.
- motivar: dar causa o motivo para algo; dar o explicar la razón o motivo que se ha tenido para hacer algo; disponer del ánimo de alguien para que proceda de un determinado modo.
- ser: usado para afirmar del sujeto lo que significa el atributo; haber o existir.
- competencia: pericia, aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado.
Cuando expresamos que “estamos”, denotamos temporalidad y espacio, hoy y aquí; la motivación tiene esa condición: habla de un momento específico y determinado, no transferible a otras situaciones.
Puedo estar motivado frente a una actividad y el día siguiente no; puedo tener motivación para afrontar un reto y para un similar posterior, no; puedo estar motivado al iniciar el proyecto y no estarlo a mitad del mismo.
La motivación se gana, se adquiere, se tiene; se llega a la motivación.
¿Qué entra en juego para estar motivado?
La necesidad es un factor, aunque relativo;  muchos tienen necesidad de trabajar, más no están motivados a hacerlo, o tienen baja motivación al trabajo actual aunque saben que necesitan ganar dinero.
El beneficio esperado: cuando visualizamos la meta solemos verla en términos cuantitativos, v. g, pesos, cantidades, y no en sus características cualitativas; por ejemplo: saber que cada mes logras ahorrar lo propuesto para financiar tus vacaciones, te “mueve” a continuar, más, pensar en el sitio, la diversión, compartir con tu pareja o con tu familia, sentir en tu mente la risa de ellos, eso te puede motivar con mayor fuerza.
Tus talentos, aquello a lo cual deseas dedicarte, que hasta pagarías por hacerlo. Cuántas veces hemos leído de personas que, por ejemplo, se la pasaban todo el día jugando fútbol hasta que triunfaron; o pintaban y pintaban, hasta tener su propia exposición.
Claro que el “amarre”, el factor integrador, es la convicción y la fe personal. Cuando sientes la fuerza interna que te indica el camino, entonces insistes, persistes y resistes, que en una palabra, se puede llamar disciplina.
En las empresas solemos encontrar personas con necesidad y que esperan buenas cosas, más que no pueden usar sus talentos, no ven el beneficio, y que con el tiempo pierden la fe en sí mismos y en la organización. Ahí, la motivación se cae.
La pregunta no es para las empresas, algunas muy conscientes y responsables con sus empleados, y los inversionistas, sino para ti como persona. Es importante que respondas cuáles son los factores que te impulsan a estar motivado o motivada.
Por otro lado, me preguntaban por la competencia: la entiendo como la combinación del saber+saber-hacer+querer+hacer-a-diario, lo que me hace capaz de actuar de manera adecuada y efectiva en diversas situaciones, buenas o malas.
Al combinar estas dimensiones (saber, hacer, valor, hábito), estamos hablando del “ser”, de la identidad de la persona: por ejemplo, una persona competente para diseñar ropa, busca aprender todo el tiempo, practicar nuevas formas y estilos, saca el tiempo para estudiar y hace buenos diseños.
¿Por qué de la identidad? Porque un paso clave para una competencia plena es valorarla y actuar con coherencia; eso hace que transformes tu forma de pensar y tu forma de actuar, lo que modifica tu “ser”, tu identidad.
¿Cuál de los dos factores es más importante? La motivación, sin duda; podemos encontrar gente buena que no desea hacer las cosas, lo cual es una dificultad; y podemos tener personas motivadas con bajas competencias, para las cuales una buena guía es clave para mejorar.
¿Si soy competente, estaré motivado? No siempre, si analizas los factores propuestos.
¿Si estoy motivado, seré competente? La buena motivación te impulsa a aprender, a practicar, a mejorar, más no en todo seremos competentes. Suele suceder que por más motivados no logramos la meta o el nivel de competencia, perdiendo la convicción y por ende la motivación.
En este caso, debes mantener tu convicción y reflexionar sobre el tipo de competencia que buscas y el escenario donde estás; puede ser que te esfuerces a metas no debidas o en momentos inadecuados, y sucederte lo del patito feo.
Así que, antes que te pregunten o evalúen si eres maduro o madura para la tarea, es preferible que reflexiones sobre ti mismo, lo que te permite no que te dirijan, sino que puedas autodirigirte.
Entonces, ¿en qué eres competente?, ¿estás motivado y motivada? ¿en qué áreas eres maduro o madura para lograr éxito? Tú tienes la respuesta.

imagen tomada de: blog.consultorartesano.com

martes, 6 de julio de 2010

madurez del equipo en el estilo dirección hennessey.wmv

La madurez de un individuo o un equipo para realizar una trabajo determina el estilo de dirección que debes aplicar. Cómo saber su madurez y cómo dirigirlo. Consejos prácticos, en el blog especializado en liderazgo y gerencia, JEFES & EQUIPOS, http://jefesyequipos.blogspot.com

viernes, 2 de julio de 2010

Brasil, ¿preparado para ganar o para perder?

Brasil, ¿preparado para ganar o para perder?
Reflexiones de autoliderazgo desde el mundial V

Me tomé un tiempo, para no escribir en caliente y conmocionado por la derrota de Brasil, cual comentarista bajo las vuvuzelas; bueno, sobre las enseñanzas del equipo de Brasil, llevadas al liderazgo personal y la gerencia de las organizaciones.
¿Estaba Brasil preparado para ganar? ¿lo estaba para perder?
Hace poco comenté sobre el caso del tenista colombiano Alejandro Falla, quien estuvo a cuatro puntos (bolas) de ganarle a Federer; Falla reconoció que perdió concentración y convicción.
Eso pareció sucederle a los latinoamericanos esta mañana: el gol, autogol, los estremeció, los conmovió y pareció dejarles en el piso; era primera vez en el mundial que estaban por debajo en el marcador en un partido.
El equipo perdió el rumbo, la concentración y la serenidad; dejamos a los expertos el análisis futbolístico.
Para ganar, hay que estar preparado. Algunas veces decimos que alguien tiene la suerte de campeón, que todo le sale bien. Cuando los resultados se dan una tras otro, solemos asumir que somos benditos, que los “ángeles” nos acompañan, que el destino abre el camino.
En ese trance, ya ni miramos al piso, ni al lado; muchas veces, ni al frente, como si ya no requiriéramos ver el camino y esforzarnos.
Para ganar hay que estar preparados: definir una estrategia, mantener el rumbo, tener disciplina en continuar con lo planeado, estudiar al contrario y el entorno para comprender cambios o amenazas, tener apertura mental para modificar la estrategia e incluso los objetivos, contar con los recursos suficientes.
Importante, tener propósitos, principios y políticas compartidas, lo que nos permite contar con una razón para actuar, con orden y organización, en equipo, y con un claro sentido compartido que nos da unidad e identidad.
Al ganar, es valioso no confiarnos, ni sobreestimando nuestras capacidades ni subestimando las del contrario; cuando eso hacemos, nos puede suceder lo de la liebre con la tortuga.
Tenemos derecho a disfrutar la victoria, más no humillar a los perdedores; hacerlo hiere a las personas, lo que, además, les da un aliciente fuerte para enfrentarnos la siguiente vez.
Claro, para ganar, hay que estar preparado; seguir el modelo del PHVA en un ejemplo: diagnosticar, planear, capacitarnos, ejecutar con rigurosa verificación y control y aprender de nuestros errores y logros, mejorando en la marcha y para las nuevas oportunidades.
Más, para ganar, es relevante la disciplina, la constancia y la serenidad.
Disciplina, para continuar con el rumbo establecido, para mantener el propósito y la meta; entendiendo cuando estas deben cambiar o dejan de tener sentido. Disciplina para mantener el orden y la organización, apoyando con solidaridad y cooperación a todos en el equipo.
Constancia, para insistir, persistir y resistir. Mantener la motivación, la razón por la cual jugamos o participamos, ver siempre los beneficios de ese logro que puede ser sufrido conseguir; continuar la marcha a pesar de la lluvia, los vientos o la nieve.
Serenidad, para continuar con calma, con mesura, conociendo nuestras reacciones emocionales para usarlas a nuestro favor; para no atacarnos cuando las cosas van mal, sin recriminaciones y ofensas personales, pudiendo evaluar con argumentos los errores para corregir y mejorar.
Cuando no estamos preparados para ganar, corremos el riesgo de que el éxito se nos suba a la cabeza y nos obnubile, por lo que estaremos en riesgo entonces de perder; y si no estábamos preparados para ganar, es seguro que tampoco lo estaremos para perder.
Considero valioso para tener fortaleza mental, estar mejor preparados para perder que para ganar; esto significa que preparamos nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestro lenguaje, para superarnos cuando estamos perdiendo o cuando perdemos.
Estar preparados para perder es bien distinto a prepararse para perder; quien hace esto último, ubica su mente y sus acciones en la derrota antes de iniciar a jugar, antes de los proyectos o de sus retos (de lo cual hablaremos más en un siguiente artículo del mundial, Los 15 minutos).
Cuando te preparas para perder, puedes mantener la disciplina, la constancia y la serenidad.
Puedes enfrentarte a tu peor enemigo: tú mismo. “Yo mismo” es quien sale con los pensamientos negativos, es quien duda, es quien no cree, es quien protesta y pelea, es quien pierde los estribos, es quien deja de pensar con cabeza fría.
Perder no es malo, cuando podemos superarnos; cuando hemos perdido y reflexionado sobre nuestra derrota, podremos superarnos.
Estar preparados es lograr el equilibrio positivo de la disciplina, la serenidad, la constancia y la convicción.
Implica creer en mí, en ti, en nosotros; es centrar nuestra vida y nuestra acción en propósitos, principios y políticas con sentido compartido; es sentir que vale la pena el esfuerzo diario y continuo, y continuar a pesar de la adversidad, es mantener la cabeza alta mirando al horizonte que nos aguarda con prosperidad y éxito, es dejar fluir la creatividad para nuevas ideas en plena batalla, es analizar con tranquilidad la opciones y sopesar los argumentos para decidir con calma.
Eso, no se logra en plena crisis.
Ese es uno de los principales, quizás el primero, de los retos y responsabilidades de quien ejerce liderazgo: prepararnos, formarnos para ganar y para perder.
Hoy, Brasil parecía no estar preparado para perder, por eso, Holanda fue superior, para pesar de quienes veíamos la final del mundial entre un latino y el país del centro de Europa.
Tú, ¿estás preparado/a para ganar? ¿estás preparado/a para perder? Es tu responsabilidad contigo, con tu autoliderazgo. Da el primer paso, hoy.