Los retos 2010 del gerente
El 2010 será un año de lenta recuperación para las empresas colombianas; los empresarios y gerentes tienen un mayor reto al capitanear el barco en aguas turbulentas, con la brújula borrosa y sin tierra a la vista. Muchos gerentes esperan saber de dónde viene la ola para mover el barco; otros, esperan ver hacia dónde se mueven los demás, para girar el suyo; algunos esperan que la tormenta pase, sin moverse; otros, con el mismo barco y la misma tripulación, deciden aventurar y romper las olas para salir de la turbulencia.
En esta época de incertidumbre y turbulencia, los gerentes, especialmente los de PyMes, tienen dos grandes retos: su empresa y a sí mismos.
Una escena de película, que repito cuando la veo en tv, es el final de Piratas del Caribe 3: el comodoro, seguro de su victoria, queda impávido cuando ve que los dos barcos se le vienen de frente, el de Jack Sparrov y el de Jones, con nuevo comandante: “solo es un buen negocio”, repite una y otra vez mientras la nace se despedaza. Si la empresa es el barco, la debilidad es el comodoro.
Redefinir la misión, “el para qué y el por qué” de la empresa, cómo nos definimos y diferenciamos. Re-visar y re-pensar la visión, que inspire a los demás al esfuerzo diario y metas claras y alcanzables. Fidelizar al cliente, porque es más fácil mantener un cliente que conquistar uno nuevo. Crear y fortalecer alianzas con los proveedores claves, para un desarrollo y crecimiento mutuo, y ganancias para todos.
Estas tareas, conocidas en la “cartilla gerencial”, siguen siendo “aprobadas” a penas, como algo obligatorio.
Más, los retos principales en aguas turbulentas están en las personas. Por ejemplo: en la escena de la película, el primer oficial se quedó esperando, suplicante, una orden del comodoro; ante el acoso de dos oficiales, y ante el barco haciendo agua y el capitán “perdido en su derrota”, da la orden de abandonar el barco.
Esto le sucede a muchos gerentes: se quejan de sus jefes de áreas o departamento, pero no los forma, no los acompaña, no les guía, ni capacita; por eso, un reto es formar jefes: sin importar su educación, condición, jerarquía, todo aquel con la responsabilidad del desempeño de otro y otros, es un jefe. Formarlo es invertir en el desarrollo y crecimiento de la empresa. Si no me cree, recuerda USA 1994 y como nos eliminaron de rápido, porque el jefe de la cancha en la selección colombiana de fútbol dirigió en sentido diferente al del gerente, el entrenador.
Con ese mismo ejemplo, invierta en su gente; ellos son quienes hacen su negocio. Invertir no significa grandes sumas de capacitación: cumpla con lo legal y un poco más; escúchelos, pregúnteles y converse con ellos, que seguro tendrán muchísimas ideas para mejorar su negocio. Valore las iniciativas, los esfuerzos y los logros; acompáñelos, esté cerca de ellos; sigo encontrando que todos los empleados desean compartir y seguir a su gerente, cuando el gerente desea ser seguido.
Lo que nos lleva al tercer reto: su liderazgo. Por estar dedicado a trabajar en su negocio, descuida su negocio. Es decir, se deja absorber por el día a día, lo que llamo la “trampa de la operación”, y no sube a la torre a ver el territorio; debe dedicarse a pensar en nuevas oportunidades, en nuevos negocios, en nuevas estrategias, y eso se hace conversando con sus clientes, sus proveedores, su competencia y los que no son sus clientes; deje a sus empleados hacer su tarea, se lo agradecerán.
Se la pasa cada minuto cazando problemas, y no logros y éxitos, por pequeños que sea. Dedíquese a elogiar, recompensar, premiar, motivar; no necesita grandes sumas de dinero y si muchas ganas de apoyar a la gente. Claro, si usted les da la guía y orientación, cuando baja de la torre, ellos harán el resto.
Por estar metido en los conflictos de trabajo, ha perdido la capacidad de analizar, decidir y aconsejar; tome distancia de esos problemas, sálgase del ruedo y súbase a las graderías a ver de manera diferente.
Vive tanto en su negocio, que ha descuidado su principal empresa: usted y su familia. No espere a cierta edad para “disfrutar de la familia”, disfrute hoy; parafraseando a los alcohólicos anónimos, “hoy disfruto a mi familia”. Es simple, usted sabrá cómo hacerlo.
El quinto y último reto es la fuerza que mueve todo: usted. Dedíquese a mejorar como ser humano; descanse, y recupere energías; duerma; modifique la dieta; estudie, no tiene que ir a la universidad para hacerlo. Y quiérase, hoy más que ayer, mañana más que hoy.
Espero dejarle motivado actuar e invertir en usted, y sus jefes y sus empleados, quienes hacen su negocio. Los clientes llegarán cuando usted supere sus retos.
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